miércoles, 16 de junio de 2010

LA OLLA PODRIDA

Hay una comida popular que llaman “la olla podrida”, y ahora podemos decir que es verdad, siempre y cuando hablemos de la comida “chavista” que el Emperador Hugo Chávez Frías le quiere hacer tragar al pueblo, no solo al pueblo venezolano, sino también al pueblo haitiano con barcos cargados de comida podrida en calidad de obsequio.
Menos mal que al gobierno dominicano se le ocurrió la idéa de meter las narices en esos containers que llevaba el barco venezolano y despacharlos de vuelta a su obsequioso presidente.
Ustedes se habrán dado cuenta que cuando a una olla a presión se le salta la tapa, lo que ocurre es una salpicadura sensacional. Bueno a Chávez le está ocurriendo lo mismo.
Han aparecido más de 4000 containers con comida y medicamentos en mal estado o con fecha vencida para el consumo como para dar de comer gratis a la mitad del pueblo venezolano, sin embargo hay que incinerar todo el material por peligros de contaminación y enfermedades.
Hoy el presidemente Chávez trata de minimizar el problema y hasta defiende a los responsables de tamaña atrocidad.
¿Pero donde esta el problema? ¿Será por causa de negligencia, incapacidad o hay un negociado detrás?
Es difícil de entender que esa cantidad de miles de toneladas en estado de putrefacción pasaran desapercibidas tras el halo nauseabundo denunciado desde hace meses.
Parece el cuento de la buena pipa. Pero la realidad no se puede ocultar. El gobierno pago a alguien por esa mercadería que quizás fue comprada muy barata por estar con fecha vencida o en mal estado a sabiendas de Venezuela.
¿Pero por que siguieron comprando?, pues simplemente para embolsarse millones de dólares a costa del pueblo. Una estafa total, vergonzosa y premeditada que algún día pagaran caro los filibusteros que gobiernan el país, con Hugo Chávez Frías a la cabeza.
Espero que el pueblo venezolano le pase factura a este loco y de por tierra con sus ilusiones de ganar en la próximas elecciones para la Asamblea Nacional que el esta manejando a su antojo.

ALBERTO PICCIONE

sábado, 15 de mayo de 2010

LAS NARICES DE GARZÓN

España estaba orgullosa y conmovida por que tenía a un juez que había internacionalizado el derecho a juzgar los presuntos delitos cometidos por extranjeros contra súbditos de la corona española.
Eso les parecía sensacional y hablaban loas del susodicho juez, Baltazar Garzón, como si fuera el mismo Robin Hood pero de la península Ibérica.
En su defensa por los derechos humanos arremetió contra militares argentinos de la última dictadura, persiguió a Augusto Pinochet, expresidente y senador chileno, por actos de lesa humanidad, y metió las narices en cualquier rincón donde podía lograr notoriedad. Hasta allí todo marchaba bien.
Garzón, de 54 años, llevaba 22 al frente del juzgado 5 de la Audiencia Nacional desde el que instruyó de cargos a la ETA y al narcotráfico.
Pero las narices de Baltazar Garzón como a una gran mayoría de las narices también sufren de alergias, y más cuando estas son españolas.
La Audiencia Nacional suspendió cautelarmente de sus funciones al magistrado por una fallida investigación sobre los crímenes del franquismo.
¿Cómo se le ocurrió a este paladín de la justicia meter la nariz en la historia del franquismo y tratar de juzgar las atrocidades cometidas? Eso nunca se sabrá, pero la reacción fue instantánea.
Garzón, está acusado de prevaricación, el delito de dictar a sabiendas una resolución injusta y a la espera de juicio.
Y como decía un cómico de la televisión: No me toquen el violín. Y eso es lo que los españoles están haciendo. No me toquen el violín de las injusticias del franquismo. Mientras Garzón se metía contra los de afuera, todo estaba bien, y hasta allí nomás, pero al caudillo y sus recuerdos que permanezcan en la paz de los sepulcros.
Hoy el rostro mas conocido de la justicia internacional, ha caído de su pedestal. Con razón o no, es lamentable que esto ocurriera, aunque una sonrisa aparezca levemente en la cara de sus perseguidos.

ALBERTO PICCIONE