¡Cuando a tu vecino veas afeitar, pon tus barbas a remojar! Claro, que en esta época de cuchillas eléctricas, jabón espumoso enlatado y otras yerbas, es raro encontrar a alguien que remoje las barbas con brocha y jabón para afeitarse. Sin embargo, el refrán es valido en todo momento, especialmente para el indígena presidente Evo Morales, de Bolivia.
Si fija su mirada hacia Venezuela donde gobierna a los tumbos su líder no tan espiritual, Hugo Chávez Frías, tendría que ponerse a meditar, o mejor dicho a remojar.
Es que al presidemente Chávez y a su gobierno no lo están atacando sus opositores, sino su desgobierno demagogo. La corrupción y el despilfarro lo están llevando a la ruina y es por ello su odio ancestral hacia los países democráticos capitalistas, no por lo que son, sino por lo que él nunca podrá llegar a ser. Con el único ingreso por la venta de petróleo, hoy totalmente constreñido, el cual esta en estos momentos con un precio de 23 dólares por barril, su economía se desploma a ojos vista. De esta manera Chávez no podrá seguir siendo el tío rico que llega todos los meses con dádivas millonarias para reforzar las arcas de Cuba, Nicaragua y Bolivia.
Y es allí donde Evo Morales tiene que prestar muchísima atención. Su estabilidad económica pende de un hilo. El gas que vende a Brasil y Argentina no solo está al tope de su producción sino que por arrastre petrolero, se deprecia día a día. Y los tratados con Rusia, China y Medio Oriente, como el bendito gasoducto, son a largo plazo y llegarán tarde para mantenerlo a flote.
Salvo la coca, las otras producciones agrícola-ganaderas están en zonas de litigio, y la minería cuyo principal comprador son los EE.UU. tiene problemas internacionales acarreados por él mismo. Solo a Morales, el clon mentecato de Hugo Chávez, se le ocurre tirarse la amistad de Perú, la Comunidad Andina, privilegiando al ALBA y con EE.UU. y Europa que son no solo los compradores sino también las fuentes del crédito internacional. Esos países califican a Morales de droguero y su prepotencia (avalada solo por su estupidez) lo ha colocado en un callejón sin salida.
Pero hoy en día tanto Chávez como Morales creen en los reyes magos, especialmente al negro…, pero al negro Barack Obama, presidente electo de los EE.UU. Según ellos no bien tome asiento en la Casa Blanca empezarán las conversaciones para apaciguar los ánimos, un tanto crispidos.
Estos mandatarios de pacotilla se olvidan que cualquiera sea el presidente de los EE.UU. podrá modificar las formas, pero nunca el fondo de las disputas en cuestión. En este país los hombres se preparan para conducir, pero lo que prevalece son las instituciones apoyadas en una carta magna que garantiza la no intromisión del Estado y donde la independencia del Ejecutivo, Legislativo y Judicial es totalmente absoluta.
Por lo tanto, aunque Chávez y Morales pongan sus zapatos en la noche de Reyes, seguro no encontrarán ningún regalito.
ANDRÉ BERTO
Periodista
TOPNEWS International
topnewsinternational@gmail.com
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